
Télam Santiago del Estero 01/02/2014 Con una atractiva cartelera continua en esta ciudad el Festival de la Salamanca, en el estadio del Club Sarmiento con capacidad para 30.000 personas.Horacio Guarani durante su presentación Foto: Eduardo Rapetti/Télam/ef
Foto: Promocional. En las últimas horas ha fallecido uno de los cantores más reconocidos de Argentina, Horacio Guarany, en Luján, Provincia de Buenos Aires. Su nombre fue importantísimo dentro de la trova del Cono Sur, y temas de la talla de ‘Si se calla el cantor’ o ‘Recital a la paz’ fueron una banda sonora imprescindible para comprender la música de origen folklórica en un gran número de países. La versión de la primera, cantada por Mercedes ‘La negra’ Sosa, rebota todavía en el subconsciente colectivo.
Leemos en el famoso portal Wikipedia que Eraclio Catalín Rodríguez Cereijo (Las Garzas, Provincia de Santa Fe, 15 de mayo de 1925 – Luján, Provincia de Buenos Aires, 13 de enero de 2017), cuyo nombre artístico fue Horacio Guarany (pronunciado /guaraní/), fue un cantor, compositor y escritor argentino, ganador del Premio Konex de Platino en 1985 como el más importante cantante masculino de folklore de la historia en Argentina. Falleció en su casa de la ciudad de Luján el 13 de enero del 2017, a causa de un paro cardiorespiratorio. Tenía 91 años.
De esta forma, y de manera aciaga, los trovadores latinoamericanos han perdido a uno de los últimos padres de la trova y de la música de autor del continente. Desde Canción a quemarropa nos queremos sumar a la gran cantidad de voces internacionales y argentinas que añoran a este cantor de gran prestigio, letras y originalidad.
Recital a la paz.
Los tímpanos explotan por la garganta rota de la felicidad,
revienta un alarido para el monte y el río, camino de la paz,
con toda mi alegría, levanto en este día, mi canto por la paz,
la paz en todo el mundo como un mito profundo que traiga la amistad.
Los fabricantes de la muerte han de marcharse
nunca jamás han de volver, nunca jamás.
Los campesinos, los obreros, y estudiantes
se dan las manos para luchar por la paz.
Esa casita blanca, el delantal de un niño, reclaman unidad,
¿de qué sirve el dinero, de qué sirven los bienes, si no tenemos paz?
La paz es un derecho, tenemos que exigirlo, arriba voluntad!
Obreros, campesinos, soldados estudiantes, unidos por la paz.
Los fabricantes de la muerte han de marcharse
nunca jamás han de volver, nunca jamás
Los campesinos, los obreros, y estudiantes
se dan las manos para luchar por la paz
miles de niños con campanas en las manos
traen el grito de la madre universal
Hay que luchar, hay que luchar.
Hay que luchar, hay que luchar.
Por que la muerte ya no vuelva nunca más.
Por que la muerte ya no vuelva nunca más.