
El Festival de música para cine de Tenerife, Fimucité, confirmó los mejores pronósticos en su fin de semana de clausura con 3 grandes conciertos en el Auditorio de Tenerife.
Mis terrores favoritos.
*En los prolegómenos se repartieron algunos premios de música para películas y cortos, de la asociación nacional creada para tal fin.
El primero de ellos tuvo lugar el pasado viernes 27 de septiembre, bajo el título de Mis terrores favoritos. Un gran compendio de las grandes bandas sonoras de terror acompañaron a la notable concurrencia dentro del Auditorio de Calatrava. El show empezó a las 8. Este leitmotiv de terror, dada la 13 temporada del certamen fue todo un acierto. No hay nada que enganche más que un rastro de sangre para que la gente acuda en masa a citas como la que estamos recordando con estas palabras.
Pudimos aprovechar la velada para que la Orquesta Sinfónica de Tenerife, bajo la batuta de su director titular Christian Schumann nos acercara para empezar un medley de películas como Halloween de John Carpenter, El Exorcista, de Mike Oldfield o Saw de Charlie Clouser.
Poco a poco, se pudo disfrutar también de otros títulos de consideración como por ejemplo Pesadilla en Elm Street o Terror en Amityville –sobresaliente tanto anotado por producción del Festival a la hora de ofrecer un video del creador de su música, el mítico Lalo Schifrin-, Psicosis de Bernard Herrman y hasta La Semilla del Diablo. Todos títulos reconocidos en lo fílmico y reconocible en la música. ¿Quién no se ha sentido sugestionado con ellos o con La Maldición de Damien de Jerry Goldsmith? De este paño iba el plan trazado.
También se cosecharon momentos emocionantes como la entrega a Christopher Young (creador de bandas sonoras como de la serie Hellraiser) de un merecido premio por parte del Festival. Las canciones de Young fueron de tal emoción que hasta el creador de la misma parecía que el momento le había sacudido sus propios cimientos.
Con el estreno de Viernes 13, de un también presente Harry Manfredini, se enterraba el hacha de guerra (o para ser más preciso el sable de Jason) hasta el día siguiente.
Drácula.
Con todavía más afluencia de público que el día de anterior, el féretro de Nosferatu, de Drácula invadía el ambiente pasadas en poco las 7 de la tarde. Casi todo el mundo ha tenido acceso a una popular película del año 1992, Drácula de Bran Stoker del galardonado director y también realizador de la saga de El Padrino, Francis Ford Coppola. Sin embargo, no siempre se tiene la oportunidad de asistir a un lujo como el ofrecido este pasado sábado 28.
Proyectar una película como Drácula de Bram Stoker y poder disfrutar de ella en versión original subtitulada con la pista de sonido sustituida por la calidad de interpretación que tiene la Orquesta Sinfónica de Tenerife y con Diego Navarro como conductor, es algo más que recomendable. Además, de manera sabia se elegía este título. La certeza a la hora de elegirlo era, si cabe, doble: por un lado es un genial reclamo publicitario ¡otra vez la magia del terror y la sangre! y por otra es una cinta verdaderamente más musicalizada de lo normal, lo que para el sincronismo de la orquesta es un extra.
El guion se cumplió conforme a lo previsto y no hubo ningún fallo reseñable. De principio a fin, con el tempo adecuado, se pudo disfrutar de la adecuada magnitud de la banda y de la música y la calidad de Diego Navarro en la conducción también quedó perfectamente patente. Por su parte, nos pareció curioso el software basado en cronómetros para que sobre todo éste último no se perdiese.
La gente, que abarrotaba el gran Foro isleño, aplaudía con emoción al final de la cita.
Campeones de la gran pantalla.
El tiempo seguía inexorable su curso y se finiquitaba la presente edición de Fimucité 13 con el espectáculo denominado Campeones de la Gran Pantalla. En este caso cogía el testigo la Joven Orquesta Sinfónica Fimucité, en vez de la Orquesta Sinfónica de Tenerife, y la batuta tendría otro dueño: José Antonio Cubas. También con la invitación hacia Randy Edelman, Vince DiCola y Diego Navarro.
Si el “sentimiento” de los días anteriores había sido de terror, los terrenos de juego, el olor a césped y también las alegrías por goles varios se hacían con el escenario y con el “tiempo de cancha”.
Todo empezó aludiendo a los recuerdos del espectador más veterano. Genial sintonía de deportes de RTVE, creada por Antón García Abril, para empezar la tarde –eran las 19 horas- y Yo hice a Roque III, cinta patria que rememoraba los momentos más estelares de Rocky, el potro italoamericano de Stallone. Además la figura de Stallone sería importante en la velada.
Otra vez se atizaban recuerdos y nostalgia. Ese parece ser gran parte del sino del Festival. Desde Street Fighter de Yoko Shinomura – no entendimos este paso a los videojuegos- a Karate Kid (Bill Conti) o los dibujos animados de Super Campeones. También temas como Carros de fuego nos hacía retrotraernos a los años 80, otra vez. ¿Quién no tuvo presente alguno de los infinitos videos realizados con la música de Vangelis? Ya es prácticamente un soniquete inmortal. De hecho, tenemos que coincidir en subrayar el importante trabajo de traslación del trabajo de sintetizadores a la Orquesta. El arreglo valió un potosí.
Desde luego, cuando verdaderamente subió la temperatura del espectáculo fue en la segunda parte. Randy Edelman interpretó algunos de sus temas más conocidos; por ejemplo su tema Ángeles –muy al estilo Disney- y el NBC Football Theme, canción de sintonía del fútbol patrio americano en la reconocida cadena televisiva. En los últimos compases de la noche el ritmo se aceleró. Se desenfundó la cinta de kung fu y se descolgaron los guantes de boxeo. Ahí estaba la memoria a Bruce Lee y Rocky Balboa. Randy Edelman firmaba su OST Dragon’s Heartbeat, el tema más reconocido del film Dragón, la vida de Bruce Lee ¿Es deporte el arte marcial? ¿A quién le importa? Lo realmente importante es que fue sobresaliente la ejecución y la técnica de dirección.
El final fue de los que hacen afición, de órdago: Vince DiCola hablaba de lo bien que lo había pasado entre tinerfeños y españoles ya que serían días que calificó de inolvidables. Canciones de Rocky IV como Hearts on Fire, War! e incluso Training Montage – creados e interpretados con su set de teclados por DiCola y el resto de la banda – eran la excusa perfecta para echar unos guantes figurados. El ruso Iván Drago besaba de nuevo la lona y Rocky era el potro salvaje que esperábamos. En ese sentido, no había sorpresa en el resultado.
Ya estamos esperando que vuelva Fimucité, será para el 2020 y cumplirá su 14 edición… ¡Quién sabe que aventuras nos esperan! ¡Ahí estaremos!
Foto: Promocional