
Alexis Alonso presentó la noche de este sábado su disco ‘Love in Floating Bridges’ en el Paraninfo de la Universidad de La Laguna. El pianista tinerfeño ofreció un concierto íntimo arropado por un entorno familiar, el que ofrece el histórico auditorio universitario. “Es como volver a casa”, dijo y repitió en diversas ocasiones, entre tema y tema, mientras explicaba el origen de cada una de sus composiciones.
Durante algo más de una hora y media, el compositor desglosó un nuevo disco fraguado en una época difícil para el mundo. Todos temas inéditos y pertenecientes a su último disco, salvo una versión de ‘Somewhere over the rainbow’, que serán presentados de forma oficial a principios de diciembre. Con sencillez, casi timidez, apareció en el escenario y convirtió un imponente piano de cola en un torrente musical.

No se tiraba un farol cuando nos invitó a imaginar una noche estrellada. El precioso techo del paraninfo desapareció durante unos minutos para dar paso a un manto estelar. También tomó nuestras manos para darnos un paseo por las calles, sus calles. Por momentos, su música pareció recrear las gotas de lluvia rebotando en una cristalina vía lagunera, si me permiten la licencia, una más de las que me estoy tomando, como la de tratar esta crónica en primera persona.
Alexis Alonso nos habló de su hijo a través del piano, recordó lo que sintió durante una noche levantina hace unos años, un momento de inspiración que se tradujo en uno de los temas que figuran en su nuevo disco. Y también le habló al piano. Lo hizo constantemente. Le susurró y hasta casi lo besó mientras arrancaba con mimo las agudas notas que me hicieron recordar la primera lluvia de otoño, esa que recibimos alegremente, saciando nuestra sed nostálgica.
Y el Paraninfo. Con el público a centímetros, debe ser como actuar en casa, en una clase ante unos entregados alumnos. La noche de este sábado no parecía haber lugar mejor que nuestro Paraninfo. Ninguno nos queríamos ir, empezando por el protagonista. Nos regaló algunos temas, tantos como veces se despidió. Casi se zafó de unos aplausos que le mantuvieron en el escenario hasta casi las diez de la noche. Luego, se quedó hablando con los asistentes. Así, como en casa.
Foto: Pedro Marrero
Texto: Pedro Marrero