
El teatro Guimerá acogió un nuevo recital incluido en el Festival Internacional de Música de Cine (Fimucité), segunda fecha de este año 2022. Pasaban 10 minutos de las 8 de la noche, hora elegida para el inicio de las operaciones musicales cuando aparecía Rachel de Blade Runner a señalarlos que estos eventos “no se perderían como lágrimas en la lluvia”. Like tears in the rain se titulaba la velada, y no era en vano. Ya estábamos incluidos en el tributo que se iba a realizar al realizador Ridley Scott, director cinematográfico de títulos tan señeros como Blade Runner, American Gánster, The Martian o la última de su colección, House of Gucci, entre otras.
El concierto fue interpretado por The Pop Culture Band, dirigida por Gonzalo Araoz, un guitarrista y músico veterano de la escena musical canaria. De primeras hubo un excelente plato musical en el escenario, las luces se entornaban y apagaban y un aplauso rompía el silencio de la noche cuando aparecía en escena la tremenda banda para interpretar Love Theme de ese conjunto de celuloide compuesto por humanos y replantes. Ahí voló nuestra imaginación y nuestra alma de cemento y acero. No en vano, fue uno de nuestros momentos favoritos de la cita, si no nuestro favorito. Especial sonó un solo de saxo en donde el instrumentista de origen cubano, Luis Cuan, acaparó todas las luces. Así quedó impregnado en el aire un bello tributo al recientemente fallecido compositor Vangelis que sin duda alguna deberá tener en el futuro una noche propia de los Fimucité próximos.

El plan del concierto estaba trazado y poco a poco empezamos a sentir las canciones de una filmografía mítica, la de Scott. Especialmente bien nos parecieron las versiones de Danke Shoen de Wayne Newton, que salió en la película Los Impostores (2003), pero que nuestra mente relacionaba también con aquella juvenil Todo en un día de los años 80, Ferris Buller’s Day Off en inglés. También y ligada a ésta disfrutamos de Beyond the sea, el mítico tema de Charles Trenet, donde encontramos que los vientos de la formación estaban totalmente concentrados en el concierto. Patricio, otro de los vocalistas de la velada, nos sorprendía con Mama told me (Not to come), que sonó en La teniente O’Neill (1997)
También hubo tiempo para la banda sonora de The Martian, una de las películas más recientes de Scott, 2015, ahí pudimos deleitarnos con una furiosa versión de Starman de David Bowie interpretada por Juan Araoz que dio verdaderamente otro de nuestros momentos favoritos del show. Se nota que la formación del joven Juan da sus exquisitos frutos musicales y nos alegramos de ello. Jadel, cantante tinerfeño que se enroló en diferentes programas de televisión, también formó parte del elenco de los vocalistas. En ocasiones dio muestra de estrellato en el escenario santacrucero.

50 minutos más tarde el concierto se cogía una pausa de 15 minutos. La verdad es que hubiéramos preferido que se desarrollase de un tirón. Empezábamos esta nueva entrada a la labor con canciones como la de Sting, Valparaiso, de la cinta Tormenta Blanca, película de 1996. Y el mentado Juan interpretaba con Marianne Robiou su versión de Le Linge Seche au Vent, de la película Un buen año (2006). No sería la última vez que supiéramos de la cantante afincada en Tenerife desde hace bastantes años ya que también nos regalaría un espectacular Moi Lolita de Alizée.
Otro de nuestros momentos cumbre fue cuando sonó la famosa Suspicious Minds del gran Elvis Presley, interpretada por la voz más rock and rollera, Héctor Quintero. Desde luego, marca de la casa.
Hubo en algún momento algún micrófono cuyo desempeño no fue el correcto, pero nada empañaría la velada y menos una nimiedad al estilo. La noche contaba con Alberto Méndez, alías el Naranja, a los mandos, cuestión que era un verdadero seguro para todos.

El punto y final lo puso Waterloo de Abba, que dio el suficiente pie para que la gente definitivamente se levantase del asiento y se pusiera a moverse. Hubo foto de toda la familia que integra Fimucité y discurso animador del Director del Festival, Diego Navarro que nos empujaba a ir a las próximas citas de este evento que cada año crece. Además, desde Canción a quemarropa nos congratula verlo crecer. Nos consta el esfuerzo que se ha realizado desde su organización y hemos sido partícipes (justo es decirlo) desde los albores del proyecto ya hace varios años.
En general, velada interesante en la bombonera construida por Manuel de Oraá en Santa Cruz de Tenerife y deseando deleitarnos con los siguientes pasos no sólo de Fimucité sino también del Teatro. Qué necesidad tiene la ciudad de eventos como éste. Soslayando el descanso y los 10 minutos de rigor de inicio, el concierto duró unas dos horas que se hicieron cortas, probablemente por el buen hacer de los músicos en el escenario.
Fotos: Fimucité (Aaron S. Ramos)